«Identidad» es lo que la marca, empresa o entidad hace para transmitir la idea que quiere que tengan de ella los consumidores, usuarios, proveedores y colaboradores; en definitiva, la sociedad.
«Imagen» es la idea que efectivamente esa sociedad tiene realmente, creada a partir de lo transmitido por la marca o empresa más su propia experiencia al interactuar con ella, opiniones de terceros, etc.
Una identidad de marca o corporativa solo funciona si es coherente con los valores de la marca o negocio que representa, así como tienen que seguir esa coherencia los elementos que la componen.
Todos los elementos que dan pie a la imagen de una marca, negocio, entidad o evento comunican algún tipo de mensaje, intencionado o no. Un manual de identidad se compone de elementos de comunicación que podemos controlar. La cantidad y tipo de esos elementos necesarios para su elaboración es variable, ya que depende de cada caso; pero siempre existen algunos imprescindibles: el nombre, su logotipo, sus colores y el diseño de su papelería, a los que hoy día se pueden sumar el diseño de su web y el aspecto de las redes sociales que use, así como la forma de comunicación que tenga a través de ellas, por correo ordinario y electrónico, teléfono y en persona. Cuanto más completo pueda ser dicho manual, mejor resultará para la transmisión de esa imagen, además de que ahorra tiempo y esfuerzo en la toma de decisiones a la hora de implantaciones y actuaciones futuras con respecto a la marca.